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Un mexicano va de cacería a África y se lleva a su perro chihuahueño. Un dia, el perrito anda correteando mariposas y se aleja del grupo, se extravía y comienza a vagar solo por la selva. En eso, ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda carrera. Al ver que la pantera lo va a devorar, piensa rápido qué hacer. En eso ve un montón de huesos y empieza a roerlos. Cuando la pantera estaba a punto de atacarlo, el perro dice:
--¡Ah! Qué rica pantera me acabo de comer.
La pantera lo oye y frena en seco, gira y sale despavorida pensando: "quién sabe qué clase de animal es ése, ni madres, no me vaya a comer a mí también.
Un changuito que está trepado en un árbol cercano presencia la escena se ríe y sale corriendo tras la pantera para contarle cómo la engañó el chihuahueño.
--Cómo serás pendeja: esos huesos ya estaban allí; además, es un simple perro, no seas maricona.
El perrito se da cuenta de la mariconada del changuito y la pantera, muy encabronada, le dice al changuito:
--Pinche perrito, jijo de su...! Súbete a mi espalda, ahora vamos adonde está el perro a ver quién se come a quién. Y salen corriendo en busca del chihuahueño. Éste ve que viene la pantera a toda velocidad, con el chango a cuestas. Piensa rápidamente el perro, y les da la espalda, como si no los viera. En cuanto la pantera se acerca, el chihuahueño exclama:
--¡Pinche mono! Hace media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no aparece!
Moraleja: En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Sé imaginativo como el perro, no te apendejes como la pantera y nunca seas tan ojete como el chango.
Sé imaginativo como el perro, no te apendejes como la pantera y nunca seas tan ojete como el chango.
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