- Trate de no llamar al hijo varón por su nombre. Es mejor usar un apodo: "El Pelos", "El Moco" o "Potrillo" siempre funcionan. Mas si no se le ocurre alguno, use un hipocorístico: en lugar de "Francisco", dígale Pancho, Paco, Frank o Frankie. Por el contrario, si se trata de una hija macho no aplique nombres cariñosos. Nada de 'Lupita'; llámela 'Guadalupe'.
- Los varones machos, desde pequeños, ven el futbol por televisión. Acostúmbrelo. Las hijas machos juegan desde pequeñas a ser mamás y se caracterizan por dar órdenes a sus 'hijos' todo el tiempo.
- Jamás le pida o insinúe a su hijo varón que ponga la mesa, lave los trastos o tienda la cama. Las labores domésticas no son para él.
- En caso de pelea entre hermana macho y hermano macho, vigile que la niña no le pegue a su hermano, aunque sea menor o parezca más débil.
- En caso de pelea entre dos hermanos varones, manténgase al margen. Si la pelea se sale de control o se pone muy violenta, enciérrese en su habitación y llore.
- Si toda la familia está dispuesta a pasear el domingo, permita que su hijo varón sea el que decida adónde irán.
- Un niño macho siempre tendrá el control remoto de la televisión en la mano. La niña macho se encargará de que el control remoto no tenga baterías.
- Las "malas palabras", "palabrotas" o "palabras fuertes" son la puerta de entrada de los niños al verdadero mundo de los machos. Jamás lo reprima por usarlas.
- Recuerde que no está bien visto entre los machos lavarse las manos antes ingerir alimentos.
- Los accesos de ira, arranques de cólera y episodios de violencia son parte natural de la formación de cualquier macho.
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